lunes, 17 de septiembre de 2012

Prometí no hacerlo nunca nunca nunca más. Fallé. Los nervios me consumen, se apoderan de mi y buscan la escapatoria. Buscan esas preciadas endorfinas que me provocan ese sentimiento placentero. Esa felicidad interior. Endorfinas, hermosas endorfinas.  
Debería obtenerlas de alguna manera que no sea esta. Pero simplemente es la única explicación que le encuentro a "por que sigo haciendo esto". 

No me importa que piensen de mi, no me importa si esto es cartel. Es mi blog si queres no lo leas y ni entres.

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